El primer ministro ruso, Dmitri Medvédev, dijo que el meteorito que cayó en los Urales este viernes, es “una prueba de que no solo la economía está en peligro, sino todo el planeta”.
El primer ministro ruso, Dmitri Medvédev, dijo que el meteorito que cayó en los Urales este viernes, es “una prueba de que no solo la economía está en peligro, sino todo el planeta”.

«Está bien que este foro comience tradicionalmente el día del amor, pero lo más importante, es que continúe en condiciones adecuadas, para que nuestra economía sienta las consecuencias de las decisiones que tomamos», indicó el primer ministro.
En el Foro Económico de Krasnoyarsk que empezó este 14 de febrero participa Dmitri Medvédev, así como representantes de los países de BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), investigadores y jóvenes tanto de Rusia como de algunos países extranjeros.
El meteorito de los Urales deja más de 950 heridos
Más de 950 heridos, entre ellos 159 niños, por la caída del meteorito en la ciudad rusa de Cheliábinsk (región rusa de los Urales), informa el ministerio del Interior ruso. Al menos 112 víctimas han requerido hospitalización.


La capa de ozono se resiente por el meteorito
La caída del meteorito en los Urales podría acarrear la aparición de un agujero en la capa de ozono. Así lo afirma Serguéi Zamozdra, astrofísico de la Universidad Estatal de Chelíabinsk.

El especialista considera lógico pensar que en el lugar se forma un agujero pequeño y que, además, se registre en la zona una pequeña cantidad de radiación ultravioleta más.
«En cuanto a la contaminación radiactiva creo que no puede aumentar mucho porque la mayoría de los meteoritos no son radiactivos», explicó Zamozdra a gazeta.ru.
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El fenómeno, que se localizó en la región rusa de los Urales, ha sembrado el pánico en la población. El Ministerio de Emergencias de Rusia informó que se trataba de un meteorito que se incendió al atravesar las capas bajas de la atmósfera.
El peso del meteorito antes de entrar en la atmósfera era de 10 toneladas. Su energía alcanzó varios kilotones y la velocidad, hasta 20 kilómetros por segundo, según las primeras estimaciones de la Academia de Ciencias de Rusia. La última vez que un fenómeno similar se observó en Chelíabinsk ocurrió en 1949. Los pobladores de la región entregaron a los científicos unos 300 kilogramos de piedras celestes tras la lluvia de meteoritos.
La capa de ozono se extiende aproximadamente a una altura de unos 15-40 kilómetros, reúne el 90% del ozono presente en la atmósfera y absorbe de entre el 97% al 99% de la radiación ultravioleta de alta frecuencia. El grave desgaste de la capa de ozono aumenta los casos de cáncer de piel, de cataratas oculares y afecta al sistema inmunológico en humanos y en otras especies. Los cultivos sensibles a la radiación ultravioleta también se resienten.